sábado, 11 de octubre de 2008

Test: ¿eres un buen Máster?

bueno... espero que nadie se sienta aludido, ni siquiera Tas-que-no-voy-a-poner-un-balrog-coño
aqui va un friki test que he encontrado por ahi



¿Cómo clasificarías a tus jugadores? ¿Matones? ¿Conversadores? ¿Cobardes ratas de cloaca? ¿Pequeños bastardos jodepartidas? ¿Sinvergüenzas que entran en tu casa, usan tus muebles para poner los pies, ensucian tu cuarto de baño y te vacían la nevera? No siempre es fácil encasillarlos, pero para ayudarte hemos realizado un pequeño test en el que puedas conocer cómo son tus jugadores, y cual es la mejor forma de jugar/soportar una fascinante/desquiciante partidita con ellos.

Test


1. ¿Qué haces después de cada día de juego, en cuanto tus jugadores se van?
a. Buscar una soga firme y una viga bien fuerte.
b. Cerrar la puerta con llave para asegurarme de que no vuelven.
c. Explicarle a mi madre por qué no hay comida y toda mi habitación parece una pocilga.
d. Pasarme seis horas recogiendo dados y patatas del suelo.
e. Me voy con mis amigos a contar las anecdotas de la partida.


2. ¿Y qué haces antes de que vengan a jugar de nuevo?
a. Sigo buscando esa soga.
b. Preparo las patatas, las bebidas, las palomitas...
c. Suplicar a mi madre que los deje entrar otra vez en mi casa.
d. Echar a mi novia de casa, para que no sepa la clase de tipos con los que me junto.
e. Preparo la pantalla del dj, y pongo las hojas de personaje en el sitio de cada jugador, ordeno los dados por número de caras...


3. ¿Qué hacen tus jugadores en cuanto os reunís?
a. Pedir comida.
b. Pedir bebida.
c. Hacerme desear haber escuchado a mi madre.
d. Pedir comida y bebida.
e. Sentarse y amablemente disponerse a pasar un agradable rato de juego.


4. ¿Y cuándo uno de ellos se retrasa?
a. Los otros comen más rápido, que así caben a más.
b. Criticar al ausente como si fuera su peor enemigo (cosa que probablemente sea verdad).
c. Hacen ruido, cuentan chistes verdes y dan voces mientras mi madre trata de oír la novela.
d. Esconden la hoja del que falta para cachondearse de él cuando llegue.
e. Empezamos la partida, llevando yo su personaje, y en cuanto llega le explicamos lo sucedido y proseguimos.


5. Comienza la partida. Un bosque tenebroso y oscuro, y temibles enemigos que parecen acechar tras cada árbol... y tus jugadores...
a. Siguen zampando, sin hacerme caso, después de las tres horas que me pasé inventando esta escena.
b. Sacan las espadas y comienzan a cortar árboles, no sea que uno de ellos sea un bicho transformado o algo así.
c. Dan voces, para desesperación de mi madre, mientras se ordenan entre si acciones contradictorias y sin sentido.
d. Preparan los dados no sea que haya que machacar a alguien.
e. Me escuchan con detenimiento y atención, absorbidos por mis palabras.


6. Aparece un grupo de orcos en el camino, todos desarmados, y en apariencia sin intención de atacar. ¿Qué deciden hacer tus personajes?
a. Me piden que repita lo que he dicho porque estaban contando chistes y no se han enterado.
b. ¡¡¡¡¡MATAR MATAR MATAR!!!!!
c. Preguntan si mi madre les puede hacer más palomitas, que ya se han acabado.
d. Toman una serie de decisiones estúpidas, se interrumpen entre ellos, y al final lo que era una simple escena de conversación se convierte en un diálogo de Agárralo como puedas.
e. Tras una pequeña charla entre ellos, hablan con los pacíficos orcos y obtienen una serie de datos muy importantes para el desarrollo de la aventura.


7. ¿Protestan tus jugadores las reglas en ocasiones?
a. Usualmente protestan hasta cuando estamos repartiendo los gusanitos.
b. Protestan cualquier regla que no les permita hacer cosas que ellos consideran sencillas, como por ejemplo partir en dos a un gigante de siete metros que lleva una armadura completa de campaña usando una daga oxidada y sin afilar.
c. A la primera queja cambio la regla a su gusto, no sea que empiecen a chillar y venga mi madre.
d. ¡Je! La pregunta es si hay alguna regla que no protesten.
e. No, porque nosotros pensamos y ajustamos las reglas previamente a la partida, y en cuanto hay un problema soy yo el que decide sin protestas.


8. ¿Qué hacen si muere uno de sus pjs?
a. ¿Tú te crees que con lo que chillan y protestan se puede permitir uno matar a un pj?
b. Aún llevo la escayola de la última vez que les solté un par de dragoncillos de nada.
c. Asustar a mi madre.
d. Chillan, se retuercen, se revuelven en el suelo, echan espuma por la boca, maldicen a mi familia... lo normal.
e. Se lo toman como un lance más del juego, y preparan un nuevo pj.


9. ¿Qué tipo de juegos les gusta más?
a. Cualquiera que tenga partidas muy largas, para zampar a mi costa más rato.
b. Da igual siempre que les deje llevar tres recortadas, un bazooka, tres cajas de granadas, una escopeta de cazar elefantes y una chaqueta de cuero como las de Matrix.
c. Un juego en el que se chille mucho, para que mi madre aparezca asustada.
d. No les importa el juego, les importa lo que nos cachondeemos de cualquiera.
e. Aquellos que exijan mucha interpretación y narración, para disfrutar más el juego.


10. El momento cumbre de la partida, en el que el malvado de turno está a punto de conseguir sus crueles planes. El momento requiere de una jugada astuta para vencer, y tus jugadores...
a. Me piden que les repita otra vez la escena NUEVAMENTE, porque estaban repartiéndose las gominolas y no me estaban escuchando.
b. ATACAN. Da igual que si lo hacen el malo mate a sus familias y a sus seres queridos, o que sea veinte veces más poderoso que ellos, o que les haya dado un objeto para vencerlos con combatir. Ellos atacan a lo que sea, aunque sea a bocaos.
c. Discuten a voces qué hacer, y luego preguntan si mi madre puede bajar el volumen de la televisión, que no pueden hablar, y que parece que estuviera sorda.
d. Hacen exactamente lo contrario a lo que haría cualquier persona sensata, cuerda y con dos dedos de frente, y luego se quejan porque dicen que era muy difícil mi partida.
e. Reaccionan con suma astucia y resuelven la situación de forma provechosa.


11. Finalmente, ¿qué opinas de tus jugadores?
a. ¿Dónde está esa dichosa soga?
b. Pandilladecerdoscabroneshijosde CENSURADO
c. A mi no me caen mal, pero mi madre los aborrece.
d. No me tires de la lengua...
e. ¡Ah, son una estupenda panda de amigos y compañeros!



Resultados


Mayoría de A: Lo siento, chaval, te han tocado los peores. Los tuyos son el típico ejemplar de rolerus caradurus, es decir, los cuatro idiotas que sólo aparecen por tu casa para amargarte la juventud. Mi recomendación es que te olvides de ser master antes de que acabes viviendo debajo de un puente, y te dediques a joderles las partidas a ellos en sus casa, para que aprendan.

Mayoría de B: Bienvenido al mundo del personaje mata-lo-que-sea. Acostúmbrate, porque el 90 % de los jugadores de rol son así. De todas formas, si de verdad te ha pasado lo del brazo, yo probaría a dirigir partidas con un traje de portero de hockey. También puedes usar los dados de veinte para lanzarlos a modo de proyectiles de defensa.

Mayoría de C: Oye, yo creo que tienes un problemilla de dependencia de tu madre, ¿sabes?

Mayoría de D: Tú si que eres un dj de los de verdad. Eso son jugadores de rol serios, auténticos, de pura cepa, gente que hace que halles respuesta a preguntas tales como si es verdad eso de que el hombre es el animal más inteligente de la creación, o el por qué de la existencia de las camisas de fuerza. ¡Ánimo chaval, que si sales de ésta, a presidente del gobierno hay un paso! (Medio si ya tienes bigote).

Mayoría de E: Bueno, antes que nada te recomiendo que dejes de hablar con tus muñecos de peluche, y que antes de dirigir una partida de rol de verdad intentes conocer seres de carne y hueso y dejes de hacerlas con tus amigos invisibles y tus playmobil. Porque ni el tío más idiota del mundo se cree que haya jugadores de rol educados, amables e inteligentes, y con más ideas en la cabeza aparte de la de poner boca abajo la bolsa de gusanitos para ver si quedan más y, de paso, mancharle el suelo al master.


Escrito por: Benjamín Romero

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